El toreo en entredicho

El toreo en entredicho

Corren malos tiempos para el buen aficionado...
En un momento en el que llueven y llueven las críticas sobre la tauromaquia, donde las redes sociales arden con falsa palabrería y "memes" contra toreros y donde por desgracia cada vez son más los que se posicionan en contra de la fiesta debe hacerse una dura reflexión sobre cómo se ha podido llegar a esta situación y qué solución llevar a cabo para solventarla; pues ahora bien, no es que esto no ocurra sino que además los que tienen potestad de cambiar el guión de esta película de terror, éstos empresarios que se dan palmaditas en el pecho sacando a relucir su amor al trabajo bien hecho alabando a un torero por la mañana y dejándolo vendido esa misma noche, empresarios pendientes de llenar su cartera colocando carteles que se repiten año tras año, los de siempre toreando lo de siempre, así está estipulado y así seguirá siendo, aunque baje Dios del cielo e indulte un miura en Las Ventas, o es del gusto y buen ver de los poderosos o la próxima corrida la verá sin contrato y desde la andanada aunque quizá teniendo algo de suerte sea desde el tendido pero el resultado será el mismo y el de cada feria; TORERO que plantea cada tarde con ilusión, se pone delante del toro de verdad, sin esconder la pierna ni alejar el pico de la muleta y sin exigir una ganadería especifica viendo como otros torean a placer, con los mismos encastes de siempre, anunciados prácticamente siempre en la misma terna y ganando el doble de ese hombre que sin pena ni gloria sale cada tarde que tiene oportunidad con el hierro que sea, en la plaza que haya firmado y con dos compañeros que probablemente tengan el mismo lugar que él. No son sólo los empresarios, también podemos incluir ganaderos y los propios toreros, no hace falta nombrarlos, todos saben quien son aquellos que eligen un toro a su medida quitando ese aliciente del miedo y del valor al toreo y lo más grave aquellos que cierran carteles a sus compañeros de trabajo...A modo de explicación la conversación sería algo tal que así:
-(Empresario): Buenas apoderado confirmale a tú torero que lidiará este día toros de esta ganadería con Pepe y Juan
-(Apoderado): Mi torero no quiere esa ganadería y tampoco le gusta el cartel de esa tarde.
¿Cuál es la reacción del empresario?
Con miedo a perder su tirón mediático y poder social y económico la solución será crear un cartel del gusto del Señor Torero en una terna que le plazca y con su "mono encaste" preferido.
¿y qué pasa con Pepe y Juan? -Pues estos dos toreros acabarán sometidos a este círculo vicioso que no tiene fin.


El futuro de la tauromaquia está en manos de los propios taurinos, pero no de los aficionados que lo único que pueden hacer es ir a la taquilla y abonar religiosamente el precio de su entrada, la solución está en empresarios-ganaderos-toreros y familias influyentes de poder, las que todas caminando de la mano podrán realzar el vuelo que está perdiendo esta tradición histórica.
Detractores hubo siempre y siempre los habrá, pero el problema grave lo tenemos dentro y si no que le pregunten a  "Rafaelillo" que no se anunciará en Sevilla por no alcanzar un acuerdo económico (el torero pedía 30.000 por la de miura...que para variar fue rechazada por la empresa, quisiera saber cuánto se embolsarán otros de los que lidiarán 3 tardes en la feria sevillana) o a  Paco Ureña  (que hizo una heroica faena este verano en Valencia cual "espartano" con sangre propia en el traje de luces destrozado, contusionado, mareado, mató con honor a su último toro, lanzándose sin esconder la verdad, ¿y que recibe a cambio? -La negación del triunfo por la presidencia...si fuera otro quizá hasta el rabo cortaba y por terminar con el ejemplo de Juan del Álamo (triunfador en Madrid y ¿alguien lo ve en las buenas ferias?)
Mucho que replantearse y mucho por cambiar para sacar a flote el barco de la tauromaquia.



Diego Merchante

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