Un Pirata y un Rey
Un Pirata y un Rey
Tarde de viernes 13 de julio, penúltimo día de San Fermín, miles de personas como cada día abarrotaban los aledaños de la plaza de toros sin embargo aquella tarde se respiraba un ambiente diferente, además de la fiesta y jolgorio incesante de las peñas que coloreaban y daban musicalidad en los instantes previos a la corrida, ondeaban en el aire y sobre las espaldas de más de un aficionado las ya famosas en tierras navarras "banderas pirata" eso sólo podía significar una cosa y es que el jerezano Juan José Padilla se vestía de luces por última vez en Pamplona, su plaza talismán y en la que más cariño ha recibido...
Padilla, Cayetano y Roca Rey con toros de Jandilla completaban el cartel más pulido de la feria que a pesar del aviso de lluvia no dejó prácticamente ni un asiento sin cubrir del rojiblanco.
Tarde de viernes 13 de julio, penúltimo día de San Fermín, miles de personas como cada día abarrotaban los aledaños de la plaza de toros sin embargo aquella tarde se respiraba un ambiente diferente, además de la fiesta y jolgorio incesante de las peñas que coloreaban y daban musicalidad en los instantes previos a la corrida, ondeaban en el aire y sobre las espaldas de más de un aficionado las ya famosas en tierras navarras "banderas pirata" eso sólo podía significar una cosa y es que el jerezano Juan José Padilla se vestía de luces por última vez en Pamplona, su plaza talismán y en la que más cariño ha recibido...
Padilla, Cayetano y Roca Rey con toros de Jandilla completaban el cartel más pulido de la feria que a pesar del aviso de lluvia no dejó prácticamente ni un asiento sin cubrir del rojiblanco.
- PADILLA; Llegaba a Pamplona después de una aparatosa cogida en Arévalo (Ávila) en la que tras tropezar al poner el tercer par de banderillas el toro le pegó un feo arrimón arrancándole parte del cuero cabelludo, las alarmas se encendieron, sólo quedaban 6 días para hacer presencia en su plaza más querida, los médicos pedían precaución pero el "Ciclón de Jerez" tenía como único objetivo hacer el paseillo vestido de luces. Dicho y hecho marcaban las 18:30 en el reloj cuando aparecía cual pirata con parche y pañuelo negro enfundado a la cabeza, la plaza al verlo así estremeció en júbilo para comenzar con un atronador "illa illa illa Padilla maravilla" que se repetía una y otra vez por los prácticamente 19.000 aficionados que aquella tarde ocupaban sus abonos. Como director de lidia abría plaza y recibió a su primer toro con largas cambiadas de rodillas, algo grande debía pasar en el ruedo cuando los tendidos de sol siempre fieles a sus canciones callaban y permanecían espectantes, incluso acompasaban los primeros lances de capote con desmedidos olés, Juan José venía a triunfar, no se había dejado nada en casa, iba a por todas, puso banderillas y volvió a hacerlo al violín cuando apenas una semana antes un toro le puso el asta a centímetros de la cabeza realizando esa misma suerte...de otra pasta como dicen, faena fiel a su estilo, sin esteticismos y quizá algo falta de torería, estocada algo delantera pero Padilla y Pamplona tienen un "feeling" especial y una vez rodó el toro la plaza se tiñó de rojo, dos orejas concedió el presidente que se dejó llevar por la euforia del momento, la vuelta al ruedo de las más emotivas de los últimos años, abrazos, cánticos, lágrimas, no faltaba por supuesto la bandera pirata y comenzaba a retumbar por segunda vez la plaza con un "Padilla quédate" que debió escucharse hasta en el ayuntamiento. En su segundo toro la lluvia hizo acto de presencia y con ello afloraban los paraguas y disminuían los aplausos, dejó las banderillas para la cuadrilla, faena de muleta, estocada y otra oreja que esta vez si que era evitable, de nuevo vuelta al ruedo y Pamplona dijo adiós a su torero estrella.
- CAYETANO; Quizá le tocó lidiar el peor lote de la tarde y quizá le perjudicó torear después de Padilla pues una vez ya con el capote en la mano y el toro rondando los burladeros el público seguía vitoreando al primero, pero así es Pamplona... faena medida, solvente con lo que tenía aunque sin extralimitarse en los acercamientos, cumplió y a por el segundo, tras un emotivo brindis a padilla y una faena similar a la de su primer toro logró cortar una oreja otra vez excesiva desde la presidencia que andaba con la mano algo suelta, así Cayetano se fue de la plaza dejando detalles de torería pero sin llegar a calar en los tendidos, cumplió y solventó y gracias a la "generosidad" del público y poca exigencia de la presidencia se fue de la "capital del toro" en el mes de julio con una oreja bajo el brazo.
- ROCA REY; Lo de este jóven peruano ya no tiene nombre, torea y lo hace mucho y bien, los más puristas le acusan de falta de clase o calidad, trapazos dicen... pero la realidad es que tarde que torea es tarde que corta orejas, se expone, no se mueve, se la juega y muchas veces acaba en el suelo después de una voltereta y eso mismo hizo en Pamplona. Llegó a su segunda cita en San Fermín después de haber salido por la puerta grande dos días antes, podría haber llegado a especular, con una tarde ya había cumplido por las dos, pero nada más lejos de la realidad, no falló en sus ya conocidos quites por gaoneras y tafalleras donde ya se escapaba algún que otro "uii"de lo ajustado de sus lances, no cabía el filo de una navaja entre pitones y torero, simplemente de ponerse en mi pie y aplaudir, al coger la muleta más de lo mismo, pies juntos y a disfrutar, tal era la confianza del torero que decidió pasarse el toro por la espalda, ovación, otro "uii"pero que esta vez acabó cobrando sentido, tan cerca se lo estaba pasando que pasó lo evidente, enganchón y fea voltereta, se levantó como un resorte y a seguir toreando, digno de admirar, toreó al natural desatando la aprobación de los entendidos en la sombra, estocada y 2 orejas. En el último toro faena de menor peso, ya era mucho pedir, pero siguiendo el guión de la tarde faena medida y otra oreja más, 6 fueron las orejas en 2 tardes para Roca Rey que como su propio apellido indica ha llegado para quedarse y como se cantaría en Pamplona...Sigue siendo el REY.
Diego Merchante
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